PARTES DE LOS CORDÓFONOS FROTADOS

     Los cordófonos frotados tienen cuatro cuerdas (a excepción de algunos contrabajos que tienen cinco), de distinto grosor que se colocan gracias a una pieza, el puente, que forma un ángulo  con la tapa del instrumento, de forma que las dos cuerdas centrales quedan más altas que las laterales. Es por eso por lo que el instrumentista debe realizar un movimiento semicircular con el arco para hacerlos sonar. Esta colocación permite frotar una cuerda individualmente o frotar más de una cuerda al mismo tiempo.
 
  Tanto el violín, como la viola, el violonchelo y el contrabajo, tienen la misma forma, aunque varían en el tamaño y grosor. El contrabajo es distinto al resto de los cordófonos frotados en cuanto a que tiene los hombros caídos y no redondeados como los demás.